Dame otra vez
la cadencia sublime
de un delirio.
Encabrítame
el ansia de cabalgar
tu cuerpo claro.
Levitándome,
como cientos de plumas
fueran mis huesos.
Iluminada
de extraña presencia
danza mi sombra.
Retoño nubes
asido a tu brisa
loco delirio.
Izo mis ojos,
gravito en tu nombre
íntimas luces.
Oh, yo no sé
si ando o si vago
con mi delirio.
©2015 Domingo Hernández (Estados Unidos)
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