Siempre fui sueño
extraña sonoridad
latitud mortal.
Onírica sed
relámpago que yace
en tus pupilas.
Mártir del ayer
vencedor y vencido
parto cósmico.
Breve suspiro
soledad renacida
ciego silencio.
Rastro borrado
de todas las heridas
verso del hambre.
Ahora estás
luz incorpórea, febril
mañana de mí.
Inocencio Hernández
España
© 2017
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